Isaac Newton
Científico y alquimista
Alquimista y teólogo
Dada la inmensa reputación de que gozó Newton como padre de la ciencia moderna, se comprende la sorpresa que causó el descubrimiento, en la década de 1930, de una enorme cantidad de manuscritos suyos dedicados a asuntos en apariencia tan poco científicos como la alquimia, la cábala, la teología natural y la interpretación de textos bíblicos. El mismo hombre que desarrolló el cálculo infinitesimal y estudiaba las leyes de la mecánica se dedicó en cuerpo y alma a realizar experimentos alquímicos con sustancias misteriosas a las que dio nombres tan pintorescos como «el león verde», o bien con nombres de planetas, como Júpiter y Saturno. El economista John Maynard Keynes, que adquirió buena parte de estos manuscritos en 1936, escribió al respecto: «Newton no fue el iniciador de la edad de la razón. Fue el último de los magos, el último babilonio y sumerio, la última gran mente que miró al mundo de lo visible y del intelecto con idénticos ojos que aquellos que iniciaron la edificación de nuestra herencia intelectual hace 10.000 años [...] ¿Por qué le llamo mago? Porque miró al universo y todo lo que hay en él como si fuera un enigma, un secreto que puede ser leído aplicando el pensamiento puro a ciertas evidencias, ciertas claves místicas sobre el mundo que Dios ha dejado a la vista para la caza del tesoro de cierto tipo de filósofos de la hermandad esotérica.
1665: Los años productivos de la peste
Cuando la Universidad de Cambridge cerró debido a la peste, Newton tuvo que volver a casa. Ese fue el período más productivo de su vida.
Él siempre había creído que para llegar al conocimiento verdadero había que observar más que leer libros. Por ejemplo, en vez de confiar en los textos sobre óptica, experimentó metiéndose una aguja sin punta en su ojo para ver qué efecto tenía.
Durante esta época, sentó las bases de sus teorías de cálculo y las leyes del movimiento que más tarde lo harían famoso. Pero como era por naturaleza reservado, se guardó sus ideas.
Afligido por la crítica, Newton se aisló de otros filósofos naturales y se dedicó a trabajar en cuestiones religiosas y alquímicas.
Como su madre estaba agonizante, volvió a casa y se embarcó en un período de estudio solitario.
Lo absorbió la alquimia, un hermético estudio de la naturaleza de la vida y la precursora medieval de la química.
Hay quienes piensan que esas ideas, aunque no fueran científicas en el sentido moderno, lo ayudaron a pensar de la manera radical que le permitió lograr su trabajo más importante, como la teoría de la fuerza de gravedad
No hay comentarios:
Publicar un comentario